Macadam

Muy bien ambientado, todo impecable,platos bien logrados, atención excelente y precios acorde.lo más raro son las servilletas de papel que no condicen con el lugar.Muy agradable y acogedor para una velada

Hermosa casona italiana, recuperada con muy buen gusto. Comida friulana casera, abundante y sabrosa. Servicio amable. Vinos de la zona. Precios accesibles. ¡Un imprescindible para los que andan por Colonia Caroya y zona!

Hermoso lugar para compartir reuniones familiares y con amigos . La casa ofrece riquísimas pastas, platos gourmet y postres tradicionales de la Colonia. Atención excelente del personal . El lugar hermosamente decorado con detalles de familias inmigrantes. Precios acordes a los productos de calidad que ofrecen.

La hermosa Colonia Caroya comienza a formarse con los Jesuitas a principios del año 1600, en 1876, el presidente Nicolás Avellaneda, en el marco de su política de promoción a la inmigración, dispuso alojar en esa región a los inmigrantes, pero su impronta final se lograría en Marzo de 1878 con la llegada del primer contingente friulano. Desde el norte de Italia llegaron con sus costumbres y su cocina (la polenta blanca, los vinos artesanales, los salames, la rognosa, el frico y las pastas son algunos ejemplos de esa cocina de la Colonia).En sus terrenos hicieron quintas, plantaron vides y las galerías de sus casas se llenaron de ollas que comenzaban a generar exquisitos aromas ya desde la madrugada.La familia D'Olivo forma parte de la historia del pueblo por integrar la primera inmigración. Con la segunda, en el año 1889, arriban las familias Prosdócimo y Tottis, cocina de bisabuelas y abuelas que llegan en los platos que comensales apasionados como yo, disfrutan en Macadam o Fertilia, por citar dos ejemplos.Me voy a detener particularmente en la Flia. Prosdócimo, que traían su oficio de herrería y carpintería e instalaron en sus tierras la primer industria de la Colonia; hacían carros, sulquis y jardineras. Hoy en ese lugar está Chacra de Luna, una increíble finca biodinámica, declarada patrimonio histórico, cuyo propietario es Federico, hijo de Analía (propietaria de Macadam).Analía es bisnieta del herrero Prosdócimo y heredó además de una exquisita historia, la costumbre de custodiar y trasladar (a quienes disfrutamos de Macadam) una cocina sencilla, de sabores originales, de olla, paciencia y mucho, pero mucho amor. Donde se crían los animales, la huerta crea conservas y las uvas se convierten en vino y grapa.Durante varias visitas me apasioné con esa cocina de Macadam, a llenarme de felicidad de escuchar esa gran historia de Analía, sin lugar a dudas, la historia es lo que dá identidad, y en Colonia todo es una bellisima tradición, y Macadam te llena el alma de momentos excepcionales!.Una carta a la que no le falta nada, están sus platos tradicionales (Frico y Frisiorade los que más me fascinaron), ensaladas (cuyo sabor de cada verdura, los hará recordar que una vez la verdura tenía sabor), pastas caseras (para destacar absolutamente los sorrentinos, que pueden elegir en un plato 3 variedades distintas) con diversas salsas a elección, pesca y carnes como trucha y conejo entre los principales, una gran variedad de postres (insisto...realmente todo casero) y una carta de vinos acortada de aquellas 500 etiquetas que supo tener tiempo atras Macadam en su majestuoso sótano, pero hoy por cambios en la elección del comensal se limitó a una carta de clásicos comerciales y una lista (que recomiendo para conocer más el terruño de Colonia Caroya) de bodegas locales (Chacra de Luna, Terra Camiare y La Caroyense).Los precios, muy acordes y de la mano de la perfecta calidad que Macadam brinda no sólo en cada uno de sus platos sino en cada detalle del lugar (vajilla, mantelería, cristalería) y sublime atención.Sin lugar a dudas, Macadam marca la diferencia, emana historia y sabores caseros!.Imperdible y para volver una y otra vez (siempre reserven por favor, porque es de los lugares más elegidos por quienes buscamos calidad absoluta en la Gastronomía).Hasta la próxima visita Macadam!.

Excelente la comida. Comimos bagna cauda y los postres muy ricos también. La atención excelente, siempre atentas a lo que necesitabamos y hasta hablamos un poco de la historia del lugar. Muy acogeder el entorno. Nos fuimos muy contentas. Aprovechamos para conocer un poquito de la chacra

Lugar muy agradable, esperamos los platos un ratito más de lo que me hubiera gustado pero la calidad de la pasta compensó la espera. De todos modos me pidieron disculpas varias veces por la demora. Buena relación precio/calidad. No sé pierdan la lasagna, es una exquisitez!!!

Muy lindo ambiente. Comidas caseras muy bien logradas. La atención es impecable. Cada paso por Colonia Caroya, cena obligada en este hermoso sitio.

El lugar precioso, mucha historia , súper agradable la música , la frica de entrada increíble , era la primera vez que la probaba , exquisita , pedí lomo con papas al horno y estaba muy rico, variedad de platos y buenos precios , el postre Balcarce un diez!!! La atención de la moza Abigail también un diez, solo puedo sugerir que la carta detalle los componentes de cada plato, es una buena opción al tener platos típicos inclusive saber que lleva cada uno, ya que solo están los nombres de los platos , si bien le consultamos a la moza sobre que era cada plato , está bueno poder leerlo en la carta. Vamos a volver

Fue SORPRENDENTE conocer este sitio. La calidad de la comida y los vinos es INCREIBLE. Es realmente IMPERDIBLE para quienes tienen paladar exigente. Comida típica ITALANA deliciosa y una extensa carta con EXQUISITESES. El lugar data de 1890 y está impecable. Altamente recomendado. No dejen de probar FRICO, para chicos y grandes es una tortilla exquisita. Fuimos varios y nos ofrecieron degustacion de pastas. Fue excelente opcion para probar la gran varidad de pastas y salsas super caseras. Las carnes son hechas tal con el punto que pide el comensal, nada facil. Postres riquisimos. El ambiente es muy calido. Excelente relacion precio-calidad.

Una casona hermosa, impecable, muy linda decoración. Nos atendió Abigail, re simpática y servicial. Pedimos Frica de entrada, como amante del queso debo decir que es una combinación perfecta, exquisito. Ojo de bife jugoso con papas al horno, con un punto perfecto y riquísimo, de postre marquese de chocolate, impecable también. Realmente un lugar para volver y probar cada uno de los platos.