Hogar Santa María Josefa

Las hermanas son cariñosas, muy amables y dedicadas. El trato y y el profesionalismo para atención con mi familiar fue realmente muy bueno.

No hay forma de contactarlos:WA con chatboot, formulario Google, etc pero no contestan. Eso de reseña spam en los comentarios negativos habla de un manejo de la institución, saben manejar las redes. Yo soy real, y no hubo forma de saber de uds salvo por éste medio a través de otras personas. Y creo en los comentarios, en todos ellos.

Han pasado , ya, cuatro años desde que mi madre me pidió de vivir en el Hogar Santa María Josefa; cuatro años que colmaron y colman su vida de una desbordada espiritualidad; cuatro años donde recibió y recibe un amoroso trato colmado de atenciones que revitalizaron su cuerpo y su alma; todas estas bendiciones han sido el producto de la dedicación maravillosa de las tan queridas Hermanas, las Sras asistentes y la conducción siempre serena, firme y determinada de nuestra Madre Superiora; todas y cada una con enorme valentía llevan adelante esta nave atravesando la tormenta de una pandemia que azota.Destaco, como hijo, y no me alcanzan las palabras para agradecerles, todo el apoyo y comprensión que las autoridades del Hogar Santa María Josefa, me han brindado en todos estos años.Gabriel Esteban Rivas

Lugar nefasto! El plan de alimentación a base de arroz y salchichas, cuando los ancianos reclaman, los echan a la calle en plena pandemia sin motivos, despues de cobrarte una fortuna!!

De lo mejor que conoci cuidaron de nuestro padre con una admirable vocacion. Conocimos a la Madre Superiora Nieves y a la Hermana Marta que son una maravilla!!!! Dios las bendiga. ESTAMOS MUY AGRADECIDOS

Hace 11 años que las Siervas de Jesús cuidan a mi mamá y desde su inauguración vive en el Hogar. Es muy fuerte la decisión de ingresar a nuestros mayores en una institución cuando nuestras fuerzas flaquean, pero salió de un hogar para ingresar a otro. El lugar está impecablemente limpio al igual que todos los residentes, son cuidados de día y son cuidados de noche, están atentos a sus remedios o a la falta de ellos, son tratados con respeto, cariño. El jardín y patio trasero les dá ese solcito que tan bien les hace. Actividades recreativas, festejos, todo siempre es bien cuidado y en la época que se podía hacer reuniones podíamos festejarselos en el salón grande junto a la familia. No nombraré a ninguna de las hermanas o personal porque sería injusto si me olvido algún nombre, solo basta decir que todo es excelente, de primer nivel, calidad, cordialidad. Gratitud plena.

Mi madre tuvo un acv el año pasado y gracias a Dios conocimos el Hogar Santa María Josefa, es el mejor lugar donde puede estar mi madre, la quieren, la contienen y la cuidan como a nadie.

Mi abuela eligió irse a este geriátrico durante plena pandemia, lo cual implicaba mudarse, dejar el hogar donde vivió la mayoría de su vida junto a mi abuelo. Ella se sentía cómoda con la idea de ser cuidada por monjas, las “siervas del señor”, quienes tras una serie de requerimientos exhaustivos y entrevistas finalmente la dejaron entrar. A pesar de cobrar una fortuna, mi abuela decidió invertir absolutamente toda su jubilación y los ahorros de su vida en eso, porque tenía actividades tales como rezar el rosario, ir a misa, etc.El 13 de marzo falleció mi abuelo, su esposo y compañero de más de 60 años. Cómo se podrán imaginar, su duelo fue algo duro de afrontar. Nosotrxs no pudimos acompañarla en eso debido a la pandemia. Pero ellxs tampoco lo hicieron psicologicamente. Nunca pude abrazar a mi abuela por el duelo. Aproximadamente 2 semanas después de ese día, fue el primer llamado amenazante de la “madre superiora”, Ana Claudia, diciéndonos que mi abuela “no cooperaba” y que se peleaba mucho, con lo cual no podían tener gente así en el geriátrico y decidían “no aceptarla más”... (no considerando el duelo que estaba atravesando). Después de un intento por hacerlas entender logramos que se quede, pero la cambiaron de piso y de habitación, haciéndola dejar todo a lo que se podría haber llegado a adaptar en ese tiempo viviendo ahí.Al día de hoy, hace un mes y medio que no veo a mi abuela porque la mayoría de los residentes eran COVID-19 positivuos. Nosotrxs nos enteramos que mi abuela estaba infectada gracias a que ella está bien de la cabeza y sabe usar el celular para cosas básicas como llamarnos y que podamos charlar. Así fue como la escuchamos con una tos seca la cual nos llamó mucho la atención y procedimos a accionar. Mucha norma, mucho rosario, pero jamás se dieron cuenta de los síntomas súper evidentes de una enfermedad pandémica en curso, en un geriátrico. Todxs grupo de riesgo. Durante el aislamiento mi abuela entró en un cuadro depresivo, al punto de llamarnos llorando porque no entendía que pasaba. “Me tiran la comida y me cierran la puerta rápido, me tratan como a un preso”, manifestaba mi abuela. Resulta que las hermanas jamás le contaron sobre la situación, dejando en manos de la familia ese tipo de información relevante para la supervivencia de cualquier persona.Al mismo tiempo, un tema que interpela a mi abuela es el tipo y la cantidad de comida que les dan. Ella es una mujer muy fuerte, que si se tiene que quejar, lo hace. Por lo cual, interpeló a la nutricionista del geriátrico para consultarle sobre las porciones y los alimentos, reclamándole que sus almuerzos/cenas estaban hechos a base de fideos/arroz y salchichas, la mayoría de las veces. Parece que a las hermanas no les gustó mucho la actitud de mi abuela, así que hicieron un segundo llamado esta semana, definitivamente echando a mi abuela del geriátrico por no cumplir las normas de obediencia de vida".Si quieren que sus familiares mayores tan amados sean tratados bajo normas cuasi militares

yo se que abajo dice que es spam, pero no lo es, un amigx muy cercano tuvo una experiencia horrible ahí, es verdad no puedo decir que es una experiencia personal, pero no es que no quiero que sigan laburando sino que esto sirva para mejorar su servicio y MÍNIMO que den explicaciones de lo sucedido

No lo recomiendo bajo ningun concepto, pero principalmente por la falta absoluta de calidez humana con mi madre, restricciones insolitas y protocolo ridiculo y vejatorio para los residentes. Aumentos sorpresivos, desproporcinados de la cuota. Desatencion medica, equivocaciones en la toma de remedios, etc etc