Hotel Patios Del Durazno

Hermoso hotel en una ubicación increíble! El hotel es hermoso, las habitaciones son cómodas, tanto en el desayuno como la cena todo es casero y rico Tiene bajada al rio y una pileta hermosa Esperamos poder volver pronto!

Un hotel de lujo, la mejor ubicación del durazno, con bajada al río, amplias y cómodas habitaciones con todos los detalles en decoración, mucho arte, antigüedades, hermosas vistas, la pulpería y la capilla en el mismo predio, pileta, solárium y quincho con parrillas a disposición. Cena muy rica incluida y el desayuno un espectáculo con yogurt casero, panes, mermeladas, budines todo artesanal. Un placer nuestra estadía, cada rincón para disfrutar. Volveremos.

Pasé una semana en Patios del Durazno.El hotel es hermoso, repleto de lugares comunes donde pasarla bien: la pileta, el quincho, las galerías con sillones y mesitas, el espacio de juegos, sectores para leer, etc. La ambientación es muy agradable; cada rincón está decorado con objetos de colección.En cuanto a la habitación, en mi caso elegí la Petit corner por una cuestión de presupuesto. Es verdaderamente algo chiquita e incómoda (creo que con solo cambiar el mobiliario podrían hacer que sea más espaciosa y cómoda). Pero las otras habitaciones que pude ver son divinas, con galerías o balcones, y se ven super confortables.El régimen de media pensión me resultó ideal. El desayuno y la cena fueron altamente satisfactorios, no tengo más que elogios en ese sentido. Gran tarea del cocinero. El desayuno es super completo y variado. El plato principal de la cena se anuncia en un pizarrón a la mañana y se cuenta con tiempo para pedir algún cambio. Mi hija es vegetariana y le preparaban un plato especial atendiendo sus elecciones alimentarias, así que no hubo ningún inconveniente. Los platos de la cena parecían caseros, sinceramente.La pileta es hermosa, con hamacas paraguayas y reposeras en el solarium y cerca un quincho con parrillas y mesas para organizar el almuerzo (si se decide no comer afuera).El hotel tiene un acceso muy directo al río pasando una tranquera (aclaro que el acceso no es exclusivo). En mi experiencia el mejor momento para ir al río es a la mañana, cuando hay menos gente. El parque del hotel está lleno de flores y árboles y se ve muy cuidado. Es un placer escuchar el sonido de los pájaros y apreciar las vistas, que son realmente hermosas.Para solucionar el almuerzo hay una proveeduría, una pulpería, algunos restaurantes cerca. Frente al hotel hay unos pocos comercios con artesanías, alfajores, conservas.El Durazno es un paraje chiquito, no esperen mucha actividad comercial ni una gran oferta de lugares para comer o comprar. Pero justamente eso lo hace muy tranquilo y agradable, que es lo que yo buscaba.Finalmente, lo que más debo destacar de Patios del Durazno es la calidez y la solvencia de cada una de las personas que trabajan ahí: las personas que atienden en recepción, quienes cocinan, los camareros, el personal de limpieza. Todos y cada uno de ellos/as fueron atentos y amables. Es el principal valor del hotel, según mi experiencia allí. Tengo un especial agradecimiento para Angeles, Romina, Facundo e Ivonne. Divinos/as.Recomiendo mucho el hotel, y volví contenta de pasar una semana allí.

La media pensión solo tiene un menú. Lo cual se dificulta con las personas que problemas con la alimentación.Si bien el hotel recibe niños la atención del personal hacia ellos es bastante mala. Se nota como que están enojados. No son cálidos

Entramos a conocerlo aprovechando que estábamos en el durazno, bello por donde lo miren ! Siempre queremos ir pero esta completo cada vez q intentamos reservar .Esperamos hospedarnos algún día!

Maravilloso hotel para descansar y disfrutar de un paisaje espectacular de las sierras en Córdoba, tanto sus dueños como el personal son muy amables y predispuestos para que sea una excelente estadía, super recomendable

El Hotel muy lindo, la atención excelente y el paisaje increíble. Muy recomendable

Si buscas un lugar para realmente DESCANSAR no lo dudes, el durazno es todo lo que esta bien.El hotel, relación precio/calidad increíble.Su personal hace que la estancia sea super amena.Si volvería? Claro que si

El hotel es muy lindo, excelente la decoración y amplios lugares comunes para leer, tomar mate, etc.Me alojé en una habitación de planta alta para 4 personas y era espaciosa, cómoda, excelente ropa de blanco, balcón al jardín con living. El baño es súper cómodo y el agua caliente sale perfecta a toda hora.La pileta es soñada (lo más lindo del hotel en términos estéticos). Con una vista a la sierra impresionante.Tiene un quincho con mesas y parrillas para usar (te dan vajilla en el hotel).La bajada al río está muy cerca pero aclaro que no es una playa privada.A la mañana no suele haber mucha gente, se llena más llegando el mediodía.Nosotros bajábamos a las 9:30 y estábamos solos.Los dueños del hotel invitan a los huéspedes a la playa que está en su casa a 10 minutos de caminata desde el hotel (con muchas subidas) y ahí sí pueden encontrar privacidad total.El restaurante tiene un desayuno muy rico y completo. La cena en mi estadía (desde el 28/1/2023 al 4/2/2023) fue espectacular: comidas simples pero muy bien elaboradas. Todo casero como si lo hicieras en tu casa. El menú se pone en una pizarra a la mañana y hay tiempo hasta la tarde para hacer algún tipo de modificación si algo no te gusta. En mi familia hay una persona vegetariana y a atendieron sumamente bien.Las bebidas se pagan aparte y los precios son muy razonables.Para el almuerzo hay una pulpería dentro del hotel y varios lugares cercanos para comprarComida hecha, además de una pequeñaproveeduria al lado.El hotel está ubicado en el “centro” del durazno (unos pocos comercios de artesanías y algunos lugares gastronómicos) que es es realmente muy pequeño y tranquilo.Lo que más destaco toda la experiencia es la atención de todos los ir es inmejorable: Ángeles en la recepción, Ivonne en desyuno, Romina y Facundo en la cena. Todos con una amabilidad y calidez que pocas veces encontré en un alojamiento.Lo mismo puedo decir del dueño, Juan Cruz, y su hijo Santiago que son sumamente atentos y agradables.Mi viaje fue familiar y lo que buscábamos era descansar y desenchufarnos de todo por eso no me molestó que el acceso a Internet (WiFi) no fuera muy bueno. De hecho, me vino bien para estar desconectada. Pero tengan en cuenta que en El Durazno no hay señal de telefonía móvil por lo tanto dependen de la conectividad que tenga el hotel.Otro punto que hay que tener el cuenta es que las toallas no se cambian todos los días. A mí tampoco me parece algo grave pero tengan en cuenta este dato para cuidarlas en su uso.Obviamente el hotel no es barato pero yo volvería porque siento que valió lo que pagamos. Muchas veces pagando caro tuve pésimas experiencias.No tengo más que palabras de agradecimiento y esperamos volver pronto!